domingo, 9 de septiembre de 2012

La condena

(Viene de http://pasloinpaspres.blogspot.com.es/2012/09/el-cohete-el-desierto-y-el-craneo.html y conviene leerlo antes para enterarse de algo)

Claro que el sistema francés, con su conteo hacia atrás, antes que en el cohete hace pensar en la condena. Hace pensar en contar los años que quedan para salir de la prisión (Foucault, Foucault... ¿de qué país era ese hombre?). Y a su lado la nomenclatura española sería un espacio de libertad, un avance infinito hacia el saber.... O tal vez no. Tal vez indica la condena eterna, agotadora, interminable. El estudiante, cual reo, marca con rayitas el trascurrir de los años en el muro de piedra su celda. Tal vez por eso las paredes de las aulas están manchadas de mensajes en tinta y grafito.Y los pupitres. Y los baños.

La condena eterna es española y la limitada es francesa. Aunque le caen diecinueve años por llevar un pan bajo el brazo, luego Jean Valjean sale libre. Nuestros vecinos parecen quedar aquí en mejor lugar: torturan a a la gente sólo lo necesario. Lo nuestro se parece cada vez más a la dramática condena de Sísifo. Aunque, un momento.... Camus, Camus... ¿de qué país era ese hombre?