¿Por qué este blog se titula “El otro punto”? Bueno, hasta
ahora yo había sido una “i” normal. Sin tilde, a pesar de que
algunos se empeñaban en ponérmela, muchos creyendo que sabían
escribir mi nombre mejor que yo. Una “i” de esas que son una
línea con cabeza, dulcemente antropomórficas. Pero ahora me ha
salido otro punto. Y es que en los documentos de Francia me ponen la
diéresis. El otro punto me da menos rabia que la tilde, porque me
temo que ellos sí saben escribir mi nombre mejor que yo. Así que
voy a probar durante unos meses cómo es tener una “ï” bicéfala,
y voy a escribir sobre el otro punto. Claro, que para escribir sobre
el otro punto tendré que compararlo con el punto que ya tenía. El
problema de averiguar cuál de los dos puntos es el intruso lo dejo para cuando
tenga que deshacerme de él.