martes, 5 de mayo de 2015

Sobre devenir y referencia

¿Cómo funciona un nombre propio? Si pensamos que lo que hace es "estar por" un individuo, no podemos explicar por qué un enunciado como "Clarín es Leopoldo Alas" es informativo, a diferencia de lo que ocurre con "Clarín es Clarín". Frege solucionó este problema diciendo que vale, que un nombre propio designa a un individuo (que será su referencia), pero lo designa de una forma particular (que será su sentido). El sentido de los nombres es un camino para llegar al individuo, un camino que el hablante hace recorrer al oyente. "Clarín" y "Leopoldo Alas" son correferenciales, pero presentan al autor de La Regenta bajo facetas diferentes.

El espíritu universal, la Idea, Dios, el espíritu absoluto, la libertad, el devenir, la historia, la razón... Cuando más leo a Hegel, más pienso en Frege. Todo designa a lo mismo, el ser parmenídeo se viste de gala y se hace llamar por mil nombres, se retuerce y burbujea, se convierte en lo otro para conocerse a sí mismo. La unidad vomita multiplicidad.